La mejor ciudad para vivir. Cuarta parte: Melbourne

Río Yara en el centro de Melbourne
Foto: Aussie Stock 

A principios del siglo XX fue capital de Australia, hoy es la capital del estado australiano de Victoria, la segunda ciudad en importancia en el país y la favorita por los visitantes: se trata de Melbourne una urbe de cerca de 4 millones de habitantes y que es reconocida hoy como una de las mejores ciudades para vivir en el mundo.

La Melbourne que se planeó en el siglo XX existió sólo para cumplir el "sueño sureño" que se resume en "un cuarto de acre para casa, jardín y piscina por habitante" lo que en cristiano o más bien en el entender del sistema internacional de unidades significa que cada habitante (en realidad familia) de la ciudad debe tener un poco más de 4 mil m2 (0,4 Ha) para fincar su casa, su jardín y su piscina. Esto no es del todo cierto hoy en día pues la ciudad ha crecido y el espacio se ha tenido que repartir pero en promedio las propiedades tienen 600 m2 lo que es muchísimo dentro de una gran urbe.  

Hoy Melbourne es una ciudad llena de parques y jardines, es reconocida por su amplia oferta cultural, es un importante puerto, una dinámica ciudad industrial, es cuna del fútbol australiano y del críquet,  es reconocida como la ciudad con mejor vida nocturna de Oceanía y Asia y la ciudad mas cosmopolita y dinámica del continente. Y ¿qué tan diversa e inclusiva es? ¿Cómo le va a los latinos por aquellas latitudes?

Víctor es Peruano y lleva varios años viviendo en Melbourne; es un disciplinado bloguero que no ha perdido el ritmo durante estos años y ha narrado detalladamente la vida en Australia. Lo más complicado de vivir en Melbourne (al igual que en Sydney) dice él, es el elevado costo de la vivienda así como lo difícil que resulta alquilar para cualquier extranjero pues pese a ser una ciudad cosmopolita si no tienes antigüedad en el trabajo o referencias personales (es decir si no eres uno de los locales) te verás obligado a pagar seis meses de alquiler más uno de garantía por adelantado.

Melbourne es una ciudad extendida, debido principalmente a los amplios terrenos destinados para viviendas unifamiliares y también porque gran espacio está reservado como parques, plazas y jardines así que el transporte público debe ser muy bueno o moverse por la ciudad en automóvil seguramente es caótico. Lamentablemente Australia le dio prioridad durante décadas al transporte privado sobre el público: cada familia en promedio tiene 2,5 coches, las vialidades se concentraron en vías rápidas y autopistas urbanas y los comercios destinaron grandes superficies para ser usadas como estacionamientos. 

Pese a que los indicadores digan lo contrario, la mayoría de los habitantes de Melbourne afirman que el transporte público no es bueno; es emergente y la mismas autoridades de la ciudad reconocen que les tomará unos diez años más poner en orden la casa y desterrar el antiguo modo de vida atado al automóvil. Han comenzado ya a trabajar para mejorar el servicio de trenes, ampliar la cobertura del 'tram', incentivar el uso de la bicicleta y promover que el coche se quede en casa pero aún falta un largo camino por recorrer. Y así del largo es el camino que recorre el autobús de la Ruta 901 en Melbourne, muestra clara de un transporte abandonado y una ciudad inmensa. El bus en cuestión tiene que recorrer 80 km (!!!) de ida y otros tantos de vuelta para completar su ruta. Tan sólo de ida tarda nada menos y nada más que cerca de cuatro horas llevando a sus pasajeros de un polo de la ciudad al otro donde se localiza el aeropuerto.

Víctor no puede quejarse de ninguna manera de la variedad y abundancia de espacios públicos: plazas, jardines, parques y playas. En Melbourne siempre hay un lugar a donde ir a caminar, correr o ver el atardecer sentado en el pasto o la arena cerca de casa. Vivir cerca de un río, tener a metros las playas, ver por tu ventana todo verde sin duda es lindo y te da una gran sensación de bienestar.

Isabel es una estudiante mexicana en Melbourne, para ella la vida es cara pero reconoce que con un empleo sencillo y trabajando jornadas cortas la gente puede vivir con modestia pero sin carencias esenciales. La ciudad es relativamente segura (aunque yo digo que lamentablemente hoy en día, con la situación que se vive en el país, los mexicanos somos malos críticos en lo que a seguridad se refiere), la gente es sencilla, amable y solidaria. Isabel hace énfasis en que desde su perspectiva la gente en Melbourne es amable porque es feliz.

Foto: Top Gear Australia
Isabel también opina que moverse por la ciudad no es fácil: el tráfico es terrible (reconocido como uno de los peores del mundo), casi todo mundo vive en los suburbios y tienen que recorrer muchos kilómetros cada día a través de congestionadas vías que algún día fueron rápidas.

La cara obscura de Melbourne está en los suburbios habitados por los más pobres; ahí la ignorancia, el racismo, la drogadicción (el consumo de cocaína y marihuana en Australia es uno de los más altos del mundo), pero sobretodo la intolerancia son el pan suyo de cada día. Sin embargo sus casas son modestas pero son viviendas decentes, con todos los servicios, con los espacios públicos necesarios, tal vez más abandonados pero presentes y la mayoría tienen un automóvil viejo pero que anda así que contribuyen al tráfico y la contaminación desde sus espacios. No caigas por error en uno de estos suburbios porque la percepción de Melbourne segura desaparecerá de un tajo.

Parece ser que Melbourne es una buena ciudad para el expatriado por una empresa, para el que lleva un alto salario y elegirá un buen barrio o un apartamento céntrico cerca del trabajo; parece ser que hay muchos parques y muchos tienen el lujo de un gran jardín equipado con piscina pero parece ser que el problema de transporte público, el alto costo de la vivienda y lo extensa que es la ciudad la convierten tal vez en una de las más arboladas pero no en una de las mejores para vivir ¿ustedes que opinan?




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